Relación entre la presión arterial alta y un accidente cerebrovascular
Cada día que tiene la presión arterial demasiado alta, se incrementan sus probabilidades de tener un accidente cerebrovascular. Una presión arterial normal es 120/80 milímetros de mercurio (mmHg) o menos. Esto quiere decir sistólica menor que 120 mmHg y diastólica menor que 80 mmHg. Un accidente cerebrovascular es una pérdida repentina de la función cerebral causada por la falta de sangre en una parte del cerebro. Un accidente cerebrovascular puede deberse al daño que la presión arterial alta continua provoca en los vasos sanguíneos. Si el vaso afectado deja de enviar sangre al cerebro, se produce un accidente cerebrovascular.
Cómo la presión arterial alta daña los vasos sanguíneos
Los vasos se engrosan
Cuando la sangre ejerce mucha presión contra la pared de un vaso sanguíneo, los músculos de esa pared pierden su elasticidad. Eso hace que la pared se engrose, por lo cual se estrecha el diámetro interior del vaso y ya no puede pasar la misma cantidad de sangre.
Se forman coágulos
Cuando la presión arterial es demasiado alta, puede dañar las paredes de los vasos sanguíneos y generar un tejido cicatricial. La grasa y el colesterol (placa) se acumulan en los puntos dañados. Las células sanguíneas se adhieren a la placa y forman una masa llamada coágulo. Un coágulo puede impedir que la sangre circule dentro del vaso.
Los vasos se rompen
En ocasiones, el flujo sanguíneo tiene fuerza suficiente para debilitar la pared de un vaso. Si el vaso es pequeño o está dañado, la pared puede romperse. Cuando esto sucede, la sangre se derrama sobre el tejido cercano y mata las células de esa zona. Otras células también pueden morir debido a que la sangre no alcanza a irrigarlas.
Conozca los síntomas de un accidente cerebrovascular
Durante un accidente cerebrovascular, se interrumpe de repente el suministro de sangre al cerebro. Pero, si la persona obtiene ayuda médica de inmediato, tiene mayores probabilidades de recuperarse mejor. ¡No espere! Llame al 911 si tiene alguno de los siguientes síntomas:
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Debilidad o entumecimiento repentinos en un lado de la cara o del cuerpo, como una pierna o un brazo
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Dificultad repentina para ver con uno o los dos ojos
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Visión doble de repente
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Problemas repentino para hablar, tal como arrastrar las palabras
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Dolor de cabeza intenso y repentino
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Problemas repentinos para usar o comprender palabras
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Confusión repentina
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Mareo o pérdida del equilibrio súbitos
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Convulsiones por primera vez
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Cualquiera de estos síntomas que aparece y desaparece
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